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Es muy recomendable establecer unas horas para que nuestro hijo se vaya a la cama todos los días a la misma hora y que también se tenga que levantar a la misma hora, de esta manera facilitamos que los hijos duerman las horas suficientes y que se levanten por su propia voluntad.
Para la hora de irse a la cama, es adecuado que el niño no realice actividades que conlleven una activación física o mental fuerte, ya que esto no ayudará a conciliar el sueño rápidamente.
Hay que hacer lo posible para que irse a la cama sea una actividad sencilla y rutinaria.
Es conveniente que revisemos los pensamientos que tenemos hacia ellos para modificarlos y ser más pacientes ya que esto va a favorecer el cambio y el establecimiento de la rutina de sueño.
Por ejemplo: Si pensamos que nuestro hijo es un tardón, ese pensamiento va a hacer que nos comuniquemos de manera más nerviosa y frustrada con él centrándonos menos en lo que hace bien y en corregirlo en la manera de lo posible para conseguir lo que queremos.
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