Problemas y trastornos sexuales.
Una posible definición de disfunción sexual es una dificultad que ocurre durante cualquier etapa del acto sexual (deseo, excitación, orgasmo, resolución) que no permite al individuo o a la pareja disfrutar del acto sexual. Estos trastornos pueden aparecer en cualquier momento de la vida: algunas surgen al comienzo de la vida sexual y otras más adelante.
Pueden desarrollarse lentamente o aparecer de repente, y podrían conllevar incapacidad total o parcial del individuo en alguna de las fases del acto sexual.
Antes de empezar el tratamiento de los problemas sexuales hace falta identificar si las causas son psicológicas u orgánicas (aunque algunas veces puedes darse ambas):
- Factores psicológicos, que podrían estar en relación con miedos, culpa, vergüenza, traumas, etc., o con las relaciones interpersonales como la relación de pareja (falta de confianza, comunicación, etc.);
- Factores orgánicos, que pueden ser debidos a múltiples causas como: diversas enfermedades (esclerosis múltiple, tumores…), disfuncionalidad en varios sistemas orgánicos (por ejemplo, corazón y pulmones), problemas endocrinos (por ejemplo en tiroides, pituitaria o glándula suprarrenal), deficiencias hormonales (déficit de testosterona, estrógenos o andrógenos), algunas enfermedades congénitas, problemas de riego sanguíneo, problemas de espalda y daños nerviosos.
Disfunciones sexuales
Las disfunciones pueden clasificarse en función de la fase sexual en la que aparecen:
- Desórdenes de la excitación sexual: se manifiestan como la dificultad para alcanzar un grado de excitación adecuado. Pueden tener causas médicas, por ejemplo insuficiente riego sanguíneo, falta de lubricación vaginal o enfermedades crónicas. La propia relación puede ser un factor influyente.
- Disfunciones del deseo sexual: algunas causas podrían ser la edad, la fatiga, el embarazo, la medicación, baja de producción de hormonas sexuales, etc. Por ejemplo:
- Falta de deseo.
- Aversión al sexo (rechazo a cualquier contacto de tipo sexual).
- Desórdenes en la fase del orgasmo: retraso persistente o ausencia de orgasmo tras una fase normal de excitación sexual. En esta categoría encontramos:
- Eyaculación precoz: falta de control voluntario que produce una eyaculación demasiado rápida.
- Eyaculación retardada: exceso de control involuntario sobre el reflejo eyaculatorio, impidiendo la llegada del orgasmo.
- Trastorno orgásmico femenino: dificultad o imposibilidad de llegar al orgasmo.
- Desórdenes de dolor sexual (más comunes en las mujeres):
- Dispareunia: dolor durante el coito. Puede ser debido a problemas hormonales o a excitación insuficiente.
- Vaginismo: espasmos involuntarios de la pared vaginal que impiden o dificultan la penetración. Podría estar relacionado con traumas.
¿Qué es la terapia sexual?
Muchas investigaciones confirman que los problemas sexuales son muy relevantes para nuestra salud. Además los prejuicios erróneos y la ignorancia están íntimamente relacionados con la calidad de vida.
Los científicos han identificado tres componentes básicos para una sexualidad sana:
– La capacidad para disfrutar de la actividad sexual y para regularla conformemente con una ética personal y social.
– La ausencia de temores, miedos, vergüenza, culpa, creencias infundadas y otros aspectos psicológicos que inhiban la respuesta sexual o que afecten a las relaciones sexuales.
– La ausencia de enfermedades, trastornos orgánicos o deficiencias que entorpezcan la actividad sexual y reproductiva.
Dicho esto, las estadísticas más recientes afirman que más del 50% de las mujeres y un 20 % de los hombres de España afirman no sentirse satisfechos con su vida sexual.
¿Pero que es la terapia sexual? Una posible definición es esta: la terapia sexual es un conjunto de estrategias y técnicas para tratar las disfunciones del desempeño sexual cuando ya se han excluido posibles causas médicas (fisiológicas), o como complemento al tratamiento médico.
La terapia sexual entonces se ocupa de asesorar y guiar sobre las disfunciones sexuales, o sea, todos los problemas relacionados con la actividad sexual que nos hagan sentir mal con nuestra sexualidad y que no sean problemas exclusivamente médicos.
Por supuesto la terapia sexual está fijamente relacionada con la terapia de pareja. Para usar una metáfora, lo que pasa dentro y fuera de la cama no está perfectamente dividido, sino que está inevitablemente interconectado.
Aun así, como en muchos ámbitos del saber, en la sexología y en la psicología también existen multitud de orientaciones y formas diferentes de trabajar.
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