ABUSO EMOCIONAL

DINAMICA

«Las etiquetas»
Durante tres minutos vamos a hablar de lo que hemos hecho el fin de semana. La clase se divide en pequeños grupos. A cada persona el docente le pone una etiqueta (pegatina o post-it) en la frente sin que la persona lea lo que pone en dicha etiqueta. Los grupos formados deben hablar de lo que han hecho el fin de semana tratando a cada compañero/a en función de lo que pone en su etiqueta, pero sin decirle lo que pone en dicha etiqueta. El objetivo es que cada alumno/a adivine la palabra que lleva escrita en la frente.
Posibles etiquetas:
Tonto/a, inútil, loca/o, guarro/a, mentiroso/a, don nadie, feo/a…
Listo/a, guapo/a, importante, atractivo/a…

«Alguna vez se han pasado conmigo»
Pon algún ejemplo en el que hayas sido objeto de alguna de estas situaciones de abuso emocional (sea en situación de pareja o en cualquier otra situación):
– Ser criticado constantemente, menospreciando tus habilidades.
– Ser ridiculizado/a.
– Hacerte pensar que estás loco/a.
– Ser humillado/a.
– Hacerte sentir culpable.
– Que tomen decisiones importantes sin consultarte, prohibiéndote dar tu
opinión.
¿qué soluciones has buscaste?, ¿qué soluciones darías actualmente?

DEBATE
El objetivo del debate «Las etiquetas»es que el alumnado se ponga en el lugar de una persona que es tratada de una forma concreta, que puede ser positiva o negativa y que compruebe en su propia piel lo bien que nos sentimos cuando nos dicen cosas agradables y lo mal que lo podemos llegar a pasar cuando nos tratan mal.
El objeto del debate para la dinámica «Alguna vez se han pasado conmigo» es que el alumnado reflexione sobre el hecho de que tod@s hemos podido ser objeto de desconsideración en algún momento de nuestra vida (por muy fuertes que seamos) y también que rememore y analice situaciones en las ha sido objeto de desconsideración comparando las soluciones que dio en ese momento con las soluciones que daría en la actualidad.

DATOS DE APOYO AL DOCENTE

Abuso emocional: La manipulación, el chantaje, el menosprecio, son formas de abuso emocional. Todos tenemos derecho a actuar, a expresarnos, a comunicar lo que pensamos y sentimos, sin ser criticados o juzgados por ello.
se denomina relación de abuso a aquella forma de interacción que, enmarcada en un contexto de desequilibrio de poder, incluye conductas de una de las partes que, por acción o por omisión, ocasionan daño físico y/o psicológico a otro miembro de la relación.
Fases y evolución de la violencia contra la mujer en la pareja. Aunque la violencia no tarda mucho en aparecer, en un principio la víctima cree que podrá controlarla. En esta primera fase la violencia suele ser de menor frecuencia y gravedad que la de fases posteriores, adoptando con frecuencia la forma de abuso emocional. La víctima intenta acomodarse al agresor para evitar ser agredida, aumentando así su vulnerabilidad. La mayoría de los agresores combina la conducta violenta con otro tipo de comportamientos a través de los cuales convence a la víctima de que la violencia no va a repetirse; alternando dos estilos opuestos de comportamiento, como si fuera dos personas diferentes. En las fases más avanzadas, el agresor amenaza a la víctima con agresiones muy graves si llega a abandonarle, amenazas que pueden hacer temer, incluso, sobre la seguridad de los hijos o de otros familiares (Hutchinson, 1988; Stark y Flitcraft, 1996; Krishan et al., 1997; Römkens y Masterbroek (1998).
Abuso emocional: por otro lado, hay conductas que lleva a cabo el agresor que suponen un auténtico abuso emocional sobre la mujer. Entre ellas:
– Le critica constantemente, menospreciando sus habilidades. Se expresa a través de actitudes desdeñosas, palabras hirientes, frases despectivas. Pone en tela de juicio su capacidad intelectual, su físico, sus capacidades como madre. Le hace pensar que no sabe educar y tratar a sus hijos, por lo que si éstos se comportan mal, la culpa será siempre de la mujer. También suelen criticar a su familia, a sus amigos, etc., como se describe con profundidad cuando se trata el tema del aislamiento como una conducta más de maltrato.
– Ridiculización. Se burla de la mujer en público y en privado. Cuando lo hace en público adopta un tono irónico. En privado, los ataques son mucho más fuertes.
– Le hace pensar que está loca.
– Humillación. Consiste en faltar al respeto, rebajar y ridiculizar a través del insulto. A menudo estas humillaciones tienen un contenido sexual. Estas conductas generan en la mujer una sensación de vergüenza, lo que conlleva un gran obstáculo para pedir ayuda. Esta denigración provoca una ruptura de la identidad, un desmoronamiento interior.
– Le hace sentir culpable.
– Toma decisiones importantes sin consultarle, prohibiéndole dar su opinión.
– Muestra indiferencia ante las demandas afectivas: el hombre rechaza que la mujer le exprese su afecto, se muestra insensible y desatento, hace alarde de rechazo y desprecio. Ignora sus necesidades y sus sentimientos. Crea esta situación de carencia para mantener a la mujer sumida en la inseguridad.
Muchas de las conductas referidas arriba forman parte de un patrón de comunicación patológico con su pareja, basado en el uso de la violencia verbal.
Otras conductas más específicas de este tipo de violencia son (Careaga, 2008; Hirigoyen, 1998, 2003):
– Rechazar la comunicación directa: el agresor no utiliza la comunicación directa, ya que “a las cosas no se les habla”. Al no hablar abiertamente, utiliza exclusivamente ideas confusas, gestos, para comunicarse, lo cual genera en la víctima una sensación de confusión y ansiedad constante.
– Deformar el lenguaje: el agresor utiliza un tono de voz característico que la víctima sabe identificar. Es un tono frío y sin variaciones, el cual es suficiente para asustar a la víctima. El agresor ni siquiera tiene que levantar la voz, es el estilo en su comunicación el que provoca el miedo y la ansiedad en la mujer. Por otra parte, el contenido suele ser difuso, poco concreto, con el objetivo de confundir a la víctima y evitar el reproche. No se sabe bien qué es lo que ha dicho y lo que no, por tanto, evita comprometerse con lo que ha dicho. A veces, el agresor utiliza un lenguaje técnico, difícil de entender para la víctima, la cual siente que no sabe nada y que no debe preguntar para no quedar en evidencia. El agresor se sirve también del silencio para desestabilizar a la víctima, habla muy bajo, susurrando, para que la mujer tenga que estar pendiente de lo que dice.
– Mentir: al agresor no le importa si lo que ha dicho es verdad o no, sino que su objetivo es mantener su posición de poder. No suele utilizar la mentira directamente, sino que utiliza insinuaciones y técnicas indirectas por lo que la víctima se plantea si sabe realmente lo que acaba de ocurrir.
– Utilizar el sarcasmo, la burla y el desprecio: normalmente se utilizan aspectos propios del sexo femenino para arremeter contra la víctima (por ejemplo, sobre su físico). Algunos ejemplos son: burlarse de sus convicciones, de sus ideas políticas y de sus gustos (“¿ahora vas de que sabes de fútbol?”); dejar de dirigirle la palabra; ridiculizarla en público (“anda no aburras que te pones muy pesada”); ofenderla delante de los demás; privarle de cualquier posibilidad de expresarse; hacer guasa de sus puntos débiles (“ya estás llorando otra vez”, “ya te está tomando el pelo tu hermana pidiéndote favores”); hacer alusiones desagradables, sin llegar a aclararlas nunca; poner en tela de juicio sus capacidades de decisión.
– Utilizar la paradoja: A veces el agresor lo que utiliza son mensajes contradictorios, de tal forma que dice algo pero su conducta no verbal expresa lo contrario. Sin embargo, el agresor niega el segundo aspecto de esta comunicación. Es una manera de desestabilizar a la víctima muy eficaz. Por ejemplo, puede afirmar que está de acuerdo con lo que la mujer dice sobre un tema, pero luego sus gestos demuestran que ese acuerdo es sólo en apariencia. A veces el agresor puede utilizar palabras que, en un principio, pueden parecer bien intencionadas, pero que en el fondo buscan manipular a la mujer sin que sea consciente de ello.
– Descalificar: consiste en decir repetidas veces a la víctima que no sirve para nada, hasta que finalmente se lo crea. Al principio estas descalificaciones no se dicen directamente, sino que se expresan a través del lenguaje no verbal con mensajes verbales indirectos, bromas, insinuaciones, etc. Posteriormente, cuando la víctima ya está desestabilizada, se pasa a decir de manera directa, de tal forma que la víctima al oír “eres un desastre”, interpreta “soy un desastre”.
– Imponer autoridad: en este caso el agresor utiliza la palabra para demostrar que él es quien tiene razón, y no permite que la mujer dé su opinión. Finalmente la víctima acaba pensando que él tiene razón en todo, y que él, que es el que “realmente sabe”, debe tomar las decisiones. Estas conductas al principio son sutiles y, por lo tanto, difíciles de detectar. Se comienza por el control sistemático del otro, luego llegan los celos y el acoso y, finalmente, las humillaciones y la denigración. Y como decíamos, con un fin, que el agresor se engrandezca, mientras empequeñece a la mujer.
Los investigadores han tratado de identificar aquellas conductas que generan unas consecuencias psicológicas más graves en las víctimas destacándose en este sentido, la ridiculización, el control, el abuso emocional y el aislamiento (Dutton y Painter, 1993; Follingstad et al., 1990; Sackett, y Saunders, 1999).

MATERIAL PARA EL ALUMNADO
REFLEXIÓN SOBRE EL CONTENIDO DEL VIDEO
1. ¿Qué opinas sobre lo que acabas de ver?
2. ¿Te sientes identificado/a con algún aspecto?
3. ¿Qué problemas detectas?
a. en el chico
b. en la chica
c. en la relación de pareja
«Las etiquetas»
La clase se divide en pequeños grupos. A cada persona se le pone una etiqueta sin que esta la vea (de pegatina o post-it en la frente) . El pequeño grupo debe tratar a cada compañero/a en función de lo que pone en su etiqueta. Cada alumno/a debe adivinar la palabra que lleva escrita en la frente.
Durante tres minutos vamos a hablar de lo que hemos hecho el fin de semana.
«Alguna vez se han pasado conmigo»
Pon algún ejemplo en el que hayas sido objeto de alguna de estas situaciones de abuso emocional (sea en situación de pareja o en cualquier otra situación):
– Ser criticado constantemente, menospreciando tus habilidades.
– Ser ridiculizado/a.
– Hacerte pensar que estás loco/a.
– Ser humillado/a.
– Hacerte sentir culpable.
– Que tomen decisiones importantes sin consultarte, prohibiéndote dar tu
opinión.
¿qué soluciones has buscaste?, ¿qué soluciones darías actualmente?