CELOS

DINAMICA Y DEBATE
«El test de la sinceridad»
Contesta sinceramente a las siguientes preguntas:
¿Alguna vez te has fijado aunque sólo sea un poquito en otra persona que no sea tu pareja? V F
¿Alguna vez has deseado agradar a otra persona aunque sólo sea un poquito que no sea tu pareja? V F
¿Alguna vez has necesitado que otra persona que no sea tu pareja te ayude o apoye en algo? V F
¿Alguna vez te lo has pasado mejor con otra persona que no sea tu pareja? V F

DEBATE
¿Siempre que te fijas, agradas, te lo pasas mejor o necesitas el apoyo de otra persona irremediablemente dejas a tu pareja o por ello eres infiel?
La respuesta a todas estas preguntas es NO.
El objetivo de esta dinámica es que el alumnado entienda que es normal sentir emociones agradables con otras personas que no sean la pareja, sin que eso implique infidelidad.

DATOS DE APOYO AL DOCENTE

Problemas relacionados con los celos: “la presión social hacia la exclusividad emocional y sexual, unida a la lógica atracción de la pareja por otras personas, van a hacer aparecer una respuesta emocional aversiva a la que llamamos celos- ante la sospecha o evidencia de una relación íntima de nuestra pareja con otra persona, si bien la intensidad de esta reacción depende de las circunstancias concretas y las características de las personas. Los más diversos especialistas han resaltado la negativa influencia de esos sentimientos sobre la relación amorosa. El que siente celos sufre por ello, mientras que el otro siente cercenada su libertad por los celos de su pareja, por lo que, antes o después, acaba deteriorándose la relación amorosa” (Maslow, 1954; Peele, 1975; Lee, 1976; Buunk y Bringle, 1987; Hazan y Shaver, 1987; Van Sommers, 1989; Ochoa y Vázquez, 1991; Hendrick y Hendrick, 1992…).
Los celos son un mecanismo psicológico clave que se activan en respuesta a la amenaza de una relación que se considera valiosa. La percepción de la amenaza es realmente la que puede ser razonable o, por el contrario estar exagerada o distorsionada y convertirse así en una reacción irracional o ilógica.
Desde el punto de vista psicológico se pueden distinguir dos formas de celos: celos racionales y celos irracionales.
Los celos racionales tienen que ver con la sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada haya mudado o mude su cariño, poniéndolo en otra. Es lógico y normal que una persona enamorada, que desea unas relaciones estables y monógamas con su pareja, pueda estar en algún momento preocupada porque esta relación acabe como consecuencia de la atracción que su pareja siente hacia una tercera persona. Los motivos de preocupación en los celos racionales tienen que ver con la realidad del comportamiento del otro. Si la pareja no presta demasiada atención o no atiende y se relaciona de manera amorosa con otra tercera persona, siente que algo o alguien amenaza la relación y aparecen sentimientos de frustración, de temor o de inseguridad. Son sentimientos que pueden desequilibrar temporalmente pero no estaremos hablando de un trastorno. Ortiz-Tallo Alarcón 2001.
Los celos irracionales son un estado afectivo que se produce por un apetito de posesión y de exigencia egocéntrica. Hablamos de celos irracionales o patológicos cuando la persona enamorada exige de manera absoluta la atención del otro. Tras esta idea existe la imposibilidad de mantener una relación amorosa sana. El sufrimiento también afecta a la pareja, que tendrá la sensación de que haga lo que haga nunca conseguirá satisfacer a la persona celosa.
Dice el doctor Miguel Lorente en su libro “Mi marido me pega lo normal” que todavía está muy extendida la frase de “si no es celoso es porque no te quiere”. Efectivamente, todavía mucha gente asocia los celos al amor. Pero a veces ese “amor” lleva a las personas, pero con mayor frecuencia, a los hombres, a comportamientos que van más allá de lo racional y de lo cívico. Sólo tenemos que abrir cada día el periódico por la página de sucesos para comprobarlo.
Celos: Debemos desmitificar que los celos sean un comportamiento aceptable y deseable en una relación de pareja, como prueba inequívoca del sentimiento amoroso. El conjunto de situaciones no placenteras que generan los celos (bronca, malestar, violencia, reprimir comentarios, separarse de amigos/as, no frecuentar ciertos sitios, cambios en la apariencia, etc.) están lejos de ser la expresión y medida de un sentimiento como es el amor.
Los celos responden a la intención de “propiedad”, entendida como la noción de sentir el dominio sobre otra persona y la convicción de tener una forma privilegiada de relacionarse con ella. Los celos no son una muestra de amor. Si alguien controla tus sms, tu horario de llegada, tus amistades, si te dice cómo vestir, o que poner o no en tu perfil en las redes sociales, esa persona no te quiere sólo te controla.
Los celos como comportamiento de control y aislamiento social Cuando hablamos de celos nos estamos refiriendo a una emoción reconocida por la mayoría de las personas. Los celos aparecen en la familia, en la escuela, en el trabajo. Se puede tener celos de un hermano, de un amigo, de un compañero o de quien, de algún modo, esté capturando una parte del afecto que uno cree que le corresponde con exclusividad. Los celos no son agradables y la forma con la que se manifiestan puede variar de unas personas a otras, dependiendo de características personales como inseguridad en sí mismo, frustración, sensación de fracaso, dependencia, dominancia o agresividad.
La intensidad de la emoción también varía dentro de la misma persona o entre unas personas y otras. Los celos cuando se presentan con una baja intensidad son más fácilmente controlables, perturban menos al individuo y crean menos conflictos en la relación. Sin embargo, cuando la intensidad es elevada los celos crean malestar, condicionan el curso del pensamiento,
invaden la esfera emocional del sujeto y provocan conflicto, no sólo de pareja sino también con todas las personas con las que se relaciona. En estos casos podemos hablar de celos patológicos cuando los supuestos motivos no tienen una base real, la emoción es desproporcionada y la sensación de tortura psicológica es permanente.
Los celos no siempre se dan en el momento presente, normalmente se produce una anticipación de lo que pudiera ocurrir, provocando en la persona celosa comportamientos de control permanentes y minuciosos hacia cualquier actuación de la pareja. También suele desconfiar de las relaciones anteriores que haya podido tener su pareja, mostrando una actitud de hostilidad ante cualquier situación que pueda recordar esos momentos.
Las personas que sufren celos patológicos suelen presentar ciertas características comunes:
– Se consideran poseedoras de la exclusividad afectiva y sexual de la pareja.
– Sienten un temor profundo al abandono por parte de su pareja.
– Les preocupa la humillación y la vergüenza social.
Los celos convierten al individuo en un ser no sólo obsesionado, sino potencialmente violento, posesivo y controlador, llegando su vida a girar en torno a esa obsesión. Ante un acontecimiento aparentemente irrelevante (la pareja llama por teléfono anunciando que llegará más tarde), la persona celosa genera un esquema mental acerca de esa situación, en el que aparecen pensamientos erróneos que a su vez dan origen a emociones negativas y perturbadoras que derivan en conductas normalmente violentas o, al menos, controladoras.
Es imprescindible tener claro el siguiente esquema, de cara a detectar el proceso de celos:
– Acontecimiento: La pareja avisa que se retrasa. En principio, el estímulo es neutro.
-Pensamiento-interpretación: Muchos factores pueden alterar la interpretación objetiva del acontecimiento, como pueden ser el consumo de alcohol, la baja autoestima y la existencia de pensamientos deformados. Evidentemente, un hombre con el pensamiento erróneo “todas las mujeres son unas zorras”, interpretará de forma equivocada cualquier pequeño detalle de la situaciones que se presenten. A esta interpretación acompañará un diálogo interno e incontrolable del estilo: “seguro que está con otro hombre”, “sabiendo cómo soy, sólo quiere provocarme”, “seguro que no quiere estar conmigo cuando llegue a casa”.
-Emoción: Una vez interpretado el estímulo neutro, con el filtro de pensamientos deformados, las emociones que derivan pueden ser de ira, frustración, malestar, congoja, tristeza, odio o humillación.
-Conducta: Llamadas insistentes al móvil, preguntas reiteradas a los hijos sobre los indicios de infidelidad, golpes en muebles y enseres, registros de cajones, ropa, ordenador, etc., pudiendo llegar a la violencia física o verbal cuando la pareja aparece.
Podemos comprobar que la escalada de los celos obedece a un proceso donde la conducta no se da automáticamente como consecuencia de un acontecimiento. La existencia de estos pasos intermedios nos permite preparar estrategias para romper la cadena, actuando a nivel de pensamientos, conductas y emociones.

MATERIAL PARA EL ALUMNADO
REFLEXIÓN SOBRE EL CONTENIDO DEL VIDEO
1. ¿Qué opinas sobre lo que acabas de ver?
2. ¿Te sientes identificado/a con algún aspecto?
3. ¿Qué problemas detectas?
a. en el chico
b. en la chica
c. en la relación de pareja

«El test de la sinceridad»

Contesta sinceramente a las siguientes preguntas:

¿Alguna vez te has fijado aunque sólo sea un poquito en otra persona que no sea tu pareja? V F
¿Alguna vez has deseado agradar a otra persona aunque sólo sea un poquito que no sea tu pareja? V F
¿Alguna vez has necesitado que otra persona que no sea tu pareja te ayude o apoye en algo? V F
¿Alguna vez te lo has pasado mejor con otra persona que no sea tu pareja? V F

¿Siempre que deseas, agradas, te lo pasas mejor o necesitas el apoyo de otra persona irremediablemente dejas a tu pareja o por ello eres infiel?

¿Siempre que deseas, agradas, te lo pasas mejor o necesitas el apoyo de otra persona irremediablemente dejas a tu pareja o por ello eres infiel?
La respuesta a todas estas preguntas es NO.