El deseo de coger lo ajeno es más común de lo que la gente piensa.
Hay quien nunca roba, hay gente que roba una o dos veces y no lo vuelve a hacer en su vida, y otra gente que, sin embargo, lo convierte en un continuo y no puede evitarlo.
Esto puede deberse a que no tienen otra forma de conseguir lo que quieren, que quieren demostrarle algo a alguien o, simplemente, que hacerlo les produce unas emociones fuertes, una subida de adrenalina.
El robo y el hurto traen consigo muchas consecuencias negativas tales como acarrear antecedentes penales, etc.
Además del daño que se hace a las personas a las que se roba.
Para poder detener este problema se debe identificar la adicción a robar, buscar ayuda profesional y controlar pensamientos sobre el robo.
Con ayuda psicológica, como la que ofrece Granada Psicólogos podrá crear un plan de prevención por si recae, buscar alternativas al robo y se le dará toda la psicoterapia y apoyo que necesite para superar la cleptomanía.
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