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Efecto Pigmalión en la Crianza

Efecto Pigmalión en la Crianza

El Poder del Efecto Pigmalión en la Educación de los Hijos

El Efecto Pigmalión es el nombre que se le otorga a un fenómeno por el cual los niños acaban siendo moldeados por las ideas que los adultos tienen de ellos, ya sea porque se ven encasillados en roles, sienten presión por conseguir ciertos objetivos, etc.

Este efecto es peligroso porque ocurre sin que nadie se dé cuenta, ya que cuando las profecías que nosotros mismos imponemos sobre nuestros hijos se hacen realidad, tendemos a pensar que simplemente eran ciertas desde un principio, y no a plantearnos cómo nuestras ideas pueden haber influido en los niños. 

Este efecto está muy relacionado con el lenguaje que utilizamos con los niños, y la forma en la que nos dirigimos hacia ellos, ya que lo creamos o no, los más pequeños son esponjas que absorben todo lo que captan a su alrededor, y muchas veces nosotros expresamos ciertas ideas sobre ellos sin darnos cuenta.

Por ejemplo, imaginemos a un niño cuyo padre siempre ha querido que sea muy masculino, con gusto por el fútbol, y en general parecido a él.

Cuando el niño no cumple con estas expectativas, el padre se enfada y se siente decepcionado, haciendo comentarios del siguiente tipo: “no seas llorica”, “compórtate como un hombre” o incluso “eso es de nenazas”.

Lo más probable es que este niño, que se siente avergonzado y dejado de lado por su padre cuando expresa temor o llora, crezca aprendiendo que la forma adecuada de comportarse es aquella que su padre (una de sus principales y mayores influencias) cree que es correcta.

De esta manera, el padre piensa que el niño actúa de esta manera porque es un chico y él siempre supo que iba a ser así, pero la realidad es que a través de su lenguaje, le forzó a cumplir con ciertos roles de género. 

Para poder mejorar las relaciones que mantenemos dentro de la propia familia, es importante entender cuáles son los puntos que están fallando.

Algunos de los errores más frecuentes en los que caen los padres y madres con los hijos e hijas son los siguientes:

  • Sobre exigir rendimiento: es verdad que todos (incluidos los niños) podemos aumentar nuestro ritmo e intensidad de trabajo en un momento puntual para conseguir un objetivo, por ejemplo estudiar mucho la semana previa a un examen, pero la realidad es que si exigimos a alguien que se mantenga en un nivel de estrés y demanda de esfuerzo altos durante mucho tiempo, podemos acabar provocando que esta persona sufra el síndrome de Burnout, que se estrese, se enferme y en general que su bienestar disminuya, por atento, como padres debemos ser conscientes de lo que le exigimos a nuestros hijos.
  • Baja tolerancia a los fallos: cuando no toleramos los fallos provocamos en los niños miedo a aprender, y esto ocurre porque la mejor forma para que los pequeños aprendan es probando y equivocándose, por tanto, cuando les hacemos pasar un mal rato con gritos, malas palabras o discusiones por fallar, provocamos que eviten volver a probar nada en lo que puedan equivocarse, para evitar pasar otra vez por esta experiencia con nosotros.
  • Exceso de perfeccionismo: de nuevo, queremos animar a los niños a que prueben cosas, actividades y situaciones nuevas sin miedo a fallar, pero unos padres excesivamente perfeccionistas podrían provocarles un miedo innecesario a no ser perfectos en aquello que decidan hacer.
  • Obsesión con los resultados: entendamos que los niños están explorando y aprendiendo como funciona el mundo, por lo tanto, en general es más importante la experiencia que se llevan que los resultados que obtienen. Si pierden un partido o suspenden un examen, trata de centrarte en recalcar el aprendizaje que esto supone, y no la repercusión del resultado en sí.

El problema con este fenómeno es que es muy sutil en la mayoría de los casos, y podríamos decir que ocurre en casi todas las familias, por eso te presentamos algunos consejos que puedes poner en práctica para minimizar el Efecto Pigmalión en casa y dejar que tus niños crezcan para ser quienes realmente son.

Las ideas que te proponemos para reducir el Efecto Pigmalión en casa son las siguientes:

  • Si crees necesitarlo, puedes acudir a terapia psicológica y explorar cuáles son las expectativas que tienes sobre tus hijos y por qué se mantienen. Además, es una oportunidad para trabajar en ti mismo y las frustraciones que puede que estés sufriendo, lo cual va a mejorar tanto tu salud mental como la convivencia en casa.
  • Trata de observar la forma en la que te acercas a tus hijos y cómo te relacionas con ellos. Es importante atender a la forma en la que hacemos las cosas, especialmente aquellas que forman parte de nuestra rutina, porque solemos descuidarlas.
  • Destaca los rasgos positivos que ves en tus hijos en vez de los negativos. Sabemos que esto puede resultar complicado porque tendemos a corregir mucho a los niños para que aprendan, pero trata de poner en práctica este consejo y halagar más a los pequeños por las cosas que hacen bien.
  • Aprende y entrena formas de expresión de emociones sanas, como el deporte, el arte y la comunicación asertiva, y enseña estos métodos en casa para que todos puedan beneficiarse.
  • Asiste a cursos sobre parentalidad y crianza para aprender más sobre el desarrollo natural de los niños y poder acompañarlos en ese proceso. Como padres es importante asumir que no podemos saberlo todo, pero sí ir aprendiendo poco a poco y mejorando nuestro entendimiento de la infancia.
  • Acude a terapia familiar si es necesario. Muchas veces el psicólogo realiza un papel de mediador muy necesario en la familia y ayuda a llegar a entendimientos cuando parecía imposible.

La crianza de los hijos puede ser difícil y confusa, es algo que le ocurre a todos los padres al principio, pero si sientes que te faltan herramientas para llevarla a cabo de manera saludable o no consigues resultados y te gustaría que un profesional de la salud mental te guíe en este camino. Descubre cómo las expectativas de los padres pueden influir en el desarrollo de sus hijos. Conoce más sobre el efecto Pigmalión en la crianza en Granada Psicólogos.

    Laura Hernández Pulido

    Psicóloga Sanitaria Colegiada AO05973, más de 25 años de experiencia en psicología sanitaria, formación en psicología y colaboraciones en medios de comunicación en la promoción de la salud mental.

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    Cristóbal Rozúa Lucena

    Psicólogo Sanitario Colegiado AO03430, más de 25 años de experiencia en psicología sanitaria, jurídica, formación en psicología y colaboraciones en medios de comunicación en la promoción de la salud mental.

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