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Familias desestructuradas

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La familia es el primer círculo con el que contamos al nacer y el grupo de personas con el que más tiempo solemos pasar en nuestra vida, nos crían, nos acompañan al crecer y llegado el momento muchos creamos la nuestra propia, pero esto no significa que los padres sepan desde un principio como ser los padres perfectos, o lo que los hijos no cometan errores.

En caso de que la convivencia no funcione y las discusiones se multipliquen, o incluso cuando las relaciones se deterioran extremadamente, ahí interviene el psicólogo familiar para ayudar a establecer nuevas rutas de comunicación y mejorar la convivencia.

La familia no se elige, y aunque por lo general es un foco de amor incondicional y apoyo, cuando las personas crecemos, desarrollamos nuestras propias opiniones y personalidad, podemos acabar chocando unas con otras.

Esto no significa que no nos queramos o no deseemos llevarnos bien, pero muchas veces cuando la tensión en el hogar se incrementa, pasar tiempo en familia puede terminar resultando desagradable.

Para ello recomendamos que se contemple la terapia familiar.

Pero ¿Qué es la terapia familiar? Es un tipo de intervención que se centra en el núcleo familiar, atendiendo a dos personas o más, y dotando a los involucrados de herramientas y habilidades para sobrepasar los posibles desencuentros, discusiones y peleas en el hogar. Ahora bien, ¿En qué situaciones es útil este tipo de terapia? A continuación te presentamos distintos tipos de conflictos durante los que los involucrados podrían beneficiarse de acudir a terapia familiar:

  • Terapia de pareja: puede que muchas personas no asocien directamente la terapia de parejas con la familiar, pero lo cierto es que una pareja que vive de manera independiente supone un núcleo familiar como cualquier otro, y en muchas ocasiones puede resultar beneficioso visitar a un profesional para evitar que la relación se convierta en dañina para cualquiera de los dos, o para el resto de convivientes en caso de que tengan hijos o cuiden de personas dependientes.

 

  • Crisis familiares: momentos críticos en el desarrollo de los miembros, como una emancipación o un fallecimiento que no se termina de superar, pueden ser el inicio de dinámicas poco sanas en la familia. Debemos tener en cuenta que las personas enfrentan las situaciones intensas de manera distinta, y pueden acabar surgiendo muchas emociones igualmente intensas, pero de diversa naturaleza, como una madre que siente mucha tristeza, mientras que su hija experimenta ira por el mismo acontecimiento.

 

  • Miembros que sufren un trastorno psicológico: la salud mental es clave para todos y cuando se ve dañada puede tener un gran impacto en la persona que sufre, pero también en sus allegados. En caso de que un miembro de la familia esté pasando por un trastorno, esto puede afectar a las dinámicas que mantiene con el resto de familiares e influir negativamente en el ambiente que existe en el hogar.

 

  • Entrenamiento para padres y madres: como hemos mencionado anteriormente, nadie nace sabiendo y muchas veces nos enfrentamos a la paternidad o maternidad con nuestros propios defectos o conflictos sin resolver, tanto en estos casos como cuando el niño se presenta con dificultades que los padres no saben manejar, el psicólogo puede ayudar a desarrollar habilidades y herramientas necesarias para el manejo adecuado de la familia.

 

Aunque estas son algunas de las razones más comunes para acudir a la terapia familiar, cualquiera puede hacerlo si considera que es necesario, el único requisito es la motivación para mejorar nuestras relaciones en familia. En caso de que sigas dudando sobre si este tipo de terapia es para ti, te mencionamos algunos de los temas que se tratan en terapia y se desarrollan para una mejor convivencia:

  • Causalidad circular: cómo se comporta un miembro de la familia tendrá una influencia en los demás, y esta reacción tendrá influencia en el individuo. En casa somos un grupo que se relaciona y nuestros actos no quedan aislados, nos influenciamos continuamente unos a otros.
  • Totalidad: las respuestas que generamos son más que la suma de las partes de la interacción, debemos tener en cuenta la totalidad de los factores involucrados para trabajar con los conflictos.
  • Equifinalidad: diferentes personas pueden llegar al mismo punto por diversos caminos, por ejemplo, a un padre le puede generar ansiedad, una cosa, y a su hijo otra, pero ambos llegan a sentirse ansiosos.
  • Equicausalidad: el mismo estímulo puede desencadenar distintas reacciones en distintas personas, cada uno responde de acuerdo a sus esquemas internos. Por lo general, no existe una única respuesta válida.
  • Homeostasis: Los sistemas tienden a quedarse en equilibrio, por lo que si no tomamos medidas que afecten a los pilares de las relaciones, y solo hacemos cambio a nivel superficial, corremos el riesgo de volver a la situación original.

 

Para finalizar, queremos recalcar que aunque muchas familias pasan por momentos difíciles, esto no quiere decir que sufrir en casa sea la norma, podemos buscar ayuda para facilitar la situación.

Lo mejor que podemos hacer es apoyarnos en nuestros seres queridos o buscar ayuda externa en caso de necesitarlo, y tener en cuenta que un ambiente sano en el hogar es clave para mantener una salud mental óptima, y es que cuidar de la salud mental de aquellos a quienes queremos también es una forma de transmitir amor.

Si crees que tú o algún ser querido puede estar sufriendo este tipo de problemas, y te gustaría que un profesional de la salud mental te guíe en tu mejoría, no dudes en ponerte en contacto con nosotros en Granada Psicólogos, estaremos encantados de ayudarte.

    Laura Hernández Pulido

    Psicóloga Sanitaria Colegiada AO05973, más de 25 años de experiencia en psicología sanitaria, formación en psicología y colaboraciones en medios de comunicación en la promoción de la salud mental.

    Cristobal-Rozua-Psicologo-sala-de-espera-
    Cristóbal Rozúa Lucena

    Psicólogo Sanitario Colegiado AO03430, más de 25 años de experiencia en psicología sanitaria, jurídica, formación en psicología y colaboraciones en medios de comunicación en la promoción de la salud mental.

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