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Qué es el liderazgo
El liderazgo es una habilidad que muchas veces se considera como algo que se tiene o no se tiene. Hemos oído muchas veces que hay niños líderes, ya desde pequeños, o que hay personas que sí valen para dirigir.
La realidad es que el liderazgo es una herramienta social más para desenvolvernos en la sociedad, tanto en nuestro trabajo como en nuestras relaciones o incluso en la relación con nosotros mismos, en la que podemos desarrollar nuestra disciplina, autocontrol e impulsarnos a cumplir nuestras metas.
Qué es un buen líder
La pregunta que surge es ¿Cómo es un buen líder? La respuesta es que un buen líder es aquel que es flexible y está en continuo aprendizaje; el mundo empresarial hoy en día está en continuo cambio, y es imprescindible que quien lleve un equipo sea capaz de adaptarse rápidamente a los cambios.
A su vez, es alguien empático que es capaz de vincularse emocionalmente con sus compañeros y comprender sus necesidades, la escucha activa es clave a la hora de dirigir un grupo.
Por último queremos destacar la responsabilidad, tanto a la hora de su trabajo como con el compromiso que surge con su equipo, solo alguien que se responsabiliza del bienestar y funcionamiento de sus compañeros, puede guiarlos hasta las metas planteadas.
Debemos tener en cuenta que un buen líder es alguien con las habilidades necesarias para navegar con el equipo hasta conseguir los objetivos propuestos, manteniendo el clima adecuado y sabiendo delegar pero también trabajando duro.
Todo esto nos indica que la simple etiqueta de jefe o director no cualifica para ser un líder adecuado, esto requiere esfuerzo diario y el continuo crecimiento de la persona, lo cual conlleva muchísima energía, pero también un resultado mucho más deseables.
Habilidades y capacidades de un líder
Dicho esto, les proponemos algunos consejos para ir, poco a poco, desarrollando la capacidad de liderazgo y refinando esta herramienta para elevar nuestra actuación en cualquier grupo de trabajo:
- Involucrar a todos los miembros del equipo, ya que es importante que todos los miembros se sientan implicados y escuchados en el grupo. Esta estrategia puede resultar difícil de seguir, ya que imponer los objetivos de manera más o menos democrática y comprometerse respecto a ellos puede consumir mucho tiempo y energía, pero de esta manera se conseguirá un equipo más motivado que trabaja duro y además, los compañeros aprenderán mucho más durante el proyecto.
- Entrenar la toma de decisiones: tanto en nuestro puesto de líder como para el resto de trabajadores es importante que no se evite la toma de decisiones por miedo al fracaso o a la equivocación, todos nos equivocamos, pero aprendemos a base de practicar, involucrarnos y arriesgarnos. Un equipo que no teme tomar decisiones es más independiente y eso nos permite delegar funciones de forma eficaz.
- Reconocer el esfuerzo que realiza cada uno de los miembros, ya que todos son valiosos y son sus logros los que llevan al equipo a cumplir las metas propuestas. Es importante que el jefe no aparezca solamente para recalcar los fallos o problemas, si no también para celebrar lo positivo.
- Mantener una comunicación abierta, que no esté solamente basada en el trabajo, y que reconozca a los miembros del equipo como personas, más allá de su rol como trabajadores. Esto se puede lograr dando ejemplo de comunicación sincera y abierta nosotros mismos, y preocupándonos por los aspectos privados de dicho miembro, como su familia o sus vacaciones.
- Presentar una buena actitud, de manera que impregnemos al equipo de energía y positividad. Un líder apagado y negativo no motiva a su personal.
- Establecer metas periódicas que se puedan revisar cada cierto tiempo, esto favorece la sensación de que se están cumpliendo objetivos y de esa manera motiva al equipo, además de promover la creatividad y el pensamiento crítico que se suelen perder con las rutinas demasiado monótonas.
- Mantener unas expectativas realistas es importante, ya que alcanzar objetivos es imprescindible para mantener al equipo motivado, y las expectativas irreales dañan la confianza de los compañeros, que pueden sentir culpabilidad al no alcanzarlas.
- Gestionar los conflictos que puedan surgir, ya que estos son fuente de aprendizaje si se manejan bien, pero causan un ambiente de trabajo negativo o incluso nocivo si se manejan mal. Es importante que la persona a cargo del grupo actúe como mediador y se involucre en solucionar los problemas que surjan, pero que también ayude a sus compañeros a reflexionar sobre lo ocurrido para evitar que se repita.
- Enseñar con el ejemplo es clave, y esto se debe a que un líder creíble en quien se puede confiar es aquel que actúa según sus principios y es el primero en poner de su parte para sacar adelante al equipo y lograr las metas establecidas.
- Asegurarnos de que el clima es distendido y de confianza, debemos ver al líder no solo como a un jefe, sino también como a un dinamizador de las actividades y al primer emprendedor del grupo, además, resulta crucial que la empresa crea fielmente en las habilidades de sus empleados, para favorecer que ellos crean en sí mismos y actúen con autonomía, de manera que el ambiente resulte productivo a la par que positivo .
Qué no debe hacer un líder
Queremos añadir también algunos apuntes sobre que no debemos hacer a la hora de liderar un equipo, ya que conocer los errores más comunes puede evitarnos más de un fracaso que ya se ha cometido con anterioridad, e impulsarnos hasta un resultado positivo. Lo esencial es implantar y proteger un clima de respeto en el lugar de trabajo, tanto desde el jefe hacia los empleados como entre ellos.
No se deben tolerar faltas como insultos o ataques, pero tampoco se deben vulnerar los derechos de los trabajadores, y siempre es importante respetar los límites del ámbito laboral, como las horas de descanso o las vacaciones.
Además, siguiendo la línea propuesta de celebrar los logros, es clave mantener presente que aunque los errores se deben corregir, no es adecuado humillar a quien los ha cometido siendo condescendientes, o demostrando en público su fallo, es suficiente con ayudar a corregir este problema y seguir con el proceso de aprendizaje.
Para finalizar, recalcamos que la habilidad de liderazgo es sumamente importante para todos nosotros, ya que las relaciones sociales en general se benefician de ella, pero es especialmente crucial a la hora de enfrentarse al ámbito laboral, por ello recomendamos que se desarrolle siempre que sea necesario. Por tanto, si crees que puedes necesitar ayuda para desarrollar esta habilidad, y te gustaría que un profesional de la salud mental te guíe en tu mejoría, no dudes en ponerte en contacto con nosotros en Granada Psicólogos, estaremos encantados de ayudarte.