Trastorno adaptativo, preocupaciones y resolución de problemas

Ante situaciones y acontecimientos estresantes por los que pasan las personas en su vida (pérdida de empleo, separación, muerte de un familiar o un ser cercano, etc.) aparecen una serie de respuestas conductuales o emocionales, como ansiedad, depresión, malestar, que se manifiestan durante los tres meses siguientes al suceso.

También se les conoce cómo “reactivos” y pueden aparecer a cualquier edad y ante cualquier situación que cause un estrés elevado a la persona.

Frente a estas situaciones estresantes aparecen síntomas que la persona no puede manejar con sus habilidades y su funcionamiento general se ve afectado, lo que interfiere con su vida social, profesional o rendimiento. Estos son trastornos adaptativos.

Los trastornos adaptativos afectan a diferentes niveles a la persona:

  • Estado de ánimo: tristeza, preocupación, fluctuaciones emocionales, ansiedad, desesperanza…
  • Conducta: actuar en contra de la norma, mostrarse agresivo, apatía…
  • Respuesta fisiológica: insomnio, agitación, dolor de cabeza, aumento del ritmo cardíaco…
  • Aislamiento social. Inhibición, timidez, vergüenza, culpa…

Pérdida de empleo

Para la gran mayoría de personas, la situación de Crisis Económica por la que estamos pasando en los últimos años supone una situación delicada.

En España, el 20% de los hogares tiene algún miembro en paro, y se ven desbordados ante las exigencias de un ritmo de vida que muchos no pueden llevar.

El trabajo no solo supone una fuente de ingresos, sino un logro de desarrollo personal, de sentirse realizado y productivo, por lo que su pérdida supone un hecho traumático para la persona, afectando considerablemente su percepción del mundo y de sí mismo.

La situación de paro trae consigo numerosos efectos que actúan de manera negativa en la persona y en el desarrollo de su vida cotidiana, produciendo sentimientos de inseguridad, el miedo y la incertidumbre de un futuro desesperanzador.

Esto afecta de manera negativa a la autoestima y a la confianza en uno mismo.


Preocupaciones

Ante una situación estresante aparecen una serie de pensamientos que generan sentimientos de inquietud y miedo o intranquilidad, aparecen de manera recurrente y a veces es difícil evitar.

Pueden aparecer como ideas que afectan e interfieren en el desarrollo normal de la vida cotidiana de la persona, es difícil dejar de pensar en ellas y nos vemos incapaces de resolver.

Cuando una preocupación es excesiva o se produce una respuesta desproporcionada a la situación, pueden aparecer otros síntomas como temor o desajuste emocional y puede desencadenar un trastorno emocional grave y problemas de salud.


Crisis personales.

Los diferentes acontecimientos por los que pasamos a lo largo de nuestra vida pueden provocar grandes cambios.

Cuando pasamos por una crisis personal se producen numerosos conflictos que nos obligan a tomar decisiones sobre aspectos importantes que en otras circunstancias quizás no nos habríamos planteado.

Pasar por estas etapas de cambio es necesario para crecer y superarnos, pero cuando no conseguimos superarla puede dar lugar a la aparición de un trastorno adaptativo.

Se estima que aproximadamente un 20% de la población puede sufrir uno a lo largo de su vida.

Una crisis personal se caracteriza por una elevada carga emocional que afecta a la capacidad para enfrentarse a los problemas y a la vida, pudiéndose experimentar sentimientos de pérdida de control y de impotencia, pero aunque pasar por una situación de crisis personal produce sentimientos negativos, representa una oportunidad para aprender, crecer y adquirir nuevas habilidades.


Resolución de problemas.

Los conflictos forman parte de nuestra vida y podemos aprender de ellos, lo fundamental es saber cómo manejarlos en lugar de evitarlos. Lo que se pueden evitar son las consecuencias negativas de estos, utilizando nuestros recursos o aprendiendo otras estrategias más útiles.

Para ello es necesario reconocer y aceptar las emociones e identificar y respetar las emociones de los demás, actuar y comunicarnos de manera asertiva para dar nuestro punto de vista sin atacar al otro.

También es necesario saber reconocer los pensamientos que generamos ante el conflicto e intentar entender al otro sin buscar culpables.

La resolución de problemas nos hace sentirnos más realizados y favorece a la autoestima, haciendo que nos sintamos más útiles y capaces de resolver futuros conflictos.


Cambio de hábitos.

Los hábitos son conductas que repetimos con regularidad, que hemos aprendido y que no tienen por qué ser racionales.

Estos comportamientos se realizan de manera automática, sin prestar atención y sin fuerza de voluntad, por lo que a veces caemos en el error de tener unos hábitos no saludables perjudicando nuestro bienestar.

Los hábitos se forman mediante la repetición de la conducta a lo largo del tiempo, formando parte del repertorio de conductas que forman nuestra rutina.

Cuando identificamos hábitos negativos o perjudiciales podemos poner en marcha una serie de mecanismos para eliminarlo, bien aprendiendo conductas incompatibles o evitando realizar la conducta.

Con el tiempo y con la repetición de la nueva conducta acabaremos haciéndola de manera automática, convirtiéndola en hábito.

Cambiar hábitos negativos por otros más saludables y positivos es necesario para conseguir bienestar y para favorecer un estilo de vida saludable, una vida más plena.

Por eso, para conseguir un cambio debemos recordar que los hábitos se crean a partir de pequeñas decisiones que tomamos con el tiempo, hasta que se automatizan y perdemos la capacidad de decisión sobre ellas.

En Psicólogos Granada ofrecemos ayuda especializada para superar el trastorno adaptativo y recuperar la estabilidad, pide cita.