Escuelas de padres-madres

Comunicar a un menor la pérdida de un familiar

La familia tiene gran importancia en el desarrollo del individuo. Gran parte de lo que somos actualmente se lo debemos a la familia.

Más allá de los conocimientos y valores que ofrecen las instituciones educativas a los más pequeños, no podemos olvidar que desde muy temprana edad el medio más natural de aprendizaje y el más efectivo, es el que el psicólogo  canadiense Albert Bandura ya propuso en los años 70 del pasado siglo, el aprendizaje vicario o por observación, por tanto el ejemplo que damos a nuestros hijos e hijas es fundamental para su desarrollo personal.

La responsabilidad de ambos progenitores en la educación de los hijos es primordial para la correcta adaptación a la sociedad.

Por ello, los padres han de realizar una labor continua desde el nacimiento con una correcta estimulación afectiva y cognitiva, hasta que sus hijos se hayan desarrollado y puedan vivir en sociedad de forma autónoma y adaptativa.

Sin embargo, existen dos inconvenientes a la hora de enseñar a nuestros hijos e hijas.

El primero es que vivimos en una sociedad que delimita nuestro tiempo, vivimos en la era de la comunicación, de la información y del consumo. Y para alcanzar ciertos objetivos como estar en forma, disponer suficientes recursos, etc,  se traduce en necesitar mayores recursos económicos, por lo que necesitaremos trabajar más.

Consecuentemente tendremos menos tiempo para dedicar a la educación de los hijos.

El segundo inconveniente es que nadie nace sabiendo educar a un hijo/hija.

En Psicólogos Granada ofrecemos toda la información y formación necesaria para aquellas madres y padres que quieran involucrarse, de la mejor forma posible, en el proceso de formación de sus hijos para que éstos puedan, que al fin y al cabo de eso se trata, vivir una vida más plena y saludable.

Mejora de la relación padres-hijos

Educar los hijos es un trabajo duro, por eso os proponemos algunas pautas y consejos generales que puedan ayudar a los padres en éste importante camino.

1)         Acuerdo entre la pareja

Uno de los errores más comunes que cometen los padres a la hora de comunicarse con los hijos es dar mensaje contradictorios. Naturalmente cada uno puede tener su personalidad y opinión pero al final el contenido, la norma, el límite, tienen que ser igual. No sólo es muy importante para los niños recibir el mismo mensaje de los padres sino que también es un error desautorizar lo que el otro miembro de la pareja ha dicho delante de los hijos. Si queremos que el niño o la niña tome en serio lo que le digamos es importante que delante de suya los padres estén de acuerdo.

2)         Ser un modelo positivo

Los hijos e hijas son el espejo de sus padres: aprenden muchísimo por imitación y siempre observan como los padres reaccionan, actúan o resuelven determinadas situaciones. Por eso es fundamental ser un ejemplo positivo para los hijos.

3)         Enseñar directamente

La mejor manera para que los niños aprendan lo que queremos que hagan es enseñárselo directamente. Por ejemplo, les enseñamos el significado de los semáforos cuando estamos en la calle delante de uno de ellos. Especialmente para los niños pequeños, si pueden practicar lo aprendido, aprenderán mejor.

4)         Poner límites y normas

Los hijos e hijas tienen que disponer de normas y límites concretos y claros. Se puede decir que éstas son las “reglas del juego». Por supuesto, están adaptadas a la edad y se refieren a la propia seguridad (mirar si hay coches antes que cruzar la calle), al respeto de tiempos y horario (a las 9.30 se va a la cama), a cómo relacionarse con los demás (decir por favor y gracias), al cuidado de los objetos (recoger los juegos cuando acaba de jugar, etc.)

5)         Si se rompen las normas adoptar medidas

Si el niño incumple las normas y no hay consecuencias, las normas pierden sus valor. Lo mismo pasa si de forma arbitraria a veces hay medidas y otras no. Es muy importante para los padres ser coherentes, sino los límites dejan ser efectivos y pierden su función. Las medidas que decidimos  adoptar deberían ser progresivas y realistas (se empieza avisando, después regañando, luego condicionando la posibilidad de hacer determinadas actividades o de conseguir objetivos o privilegios).

6)         Reforzar las buenas conductas

Una de las mejores maneras para educar es reforzar positivamente las conductas y los comportamientos adecuados. Toda la atención está en la conducta positiva, así que es como decir al niño “quiero que actúes así también la próxima vez”. Hay muchos tipos de refuerzos que se pueden dar: el más simple como ya hemos dicho es prestar especial atención al comportamiento adecuado. También los elogios y la aprobación son muy efectivos. Además se puede asociar el comportamiento adecuado al hecho de disfrutar de determinados privilegios o actividades (por ejemplo: sólo cuando acabas de comer puedes ver la televisión).

7)         Hablar con los hijos/hijas

Las normas y los límites existen porque tienen su sentido. Hablar de esto con los hijos e hijas es muy importante (por supuesto adaptando la explicación a la edad que tienen) porque para ellos de esta manera es más fácil acatarlas.

8)         Educar con cariño

La relación con los hijos es básicamente afectiva, entonces todas las manifestaciones de cariño deberían estar presentes (caricias, besos, etc.) Pero también dedicarles tiempo y escucharles. Esto no imposibilita poner ciertos límites, corregirlos, etc.

En Psicólogos Granada ofrecemos Escuelas de padres-madres Granada, pautas educativas para mejorar la relación padres e hijos, pide cita.