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Colon irritable

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El colon irritable como afección psicológica es una patología que es el claro ejemplo de cómo el cuerpo y la mente se encuentran conectados, y de la influencia que ejerce la cognición sobre la salud física.

El de colon irritable (también se le llama síndrome del intestino irritable) se caracteriza por ser un trastorno digestivo funcional, que produce malestar o dolores abdominales y cambios a niveles de ritmo intestinal.

A pesar de ser un problema extendido entre la población, destaca porque aún no se conoce una causa orgánica directa. Este tipo de trastorno es recidivante, lo que supone que puede desaparecer un tiempo y volver a darse tras períodos de aparente curación.

Un problema que presenta es que para la mayoría de los pacientes el tratamiento médico no resulta efectivo, y es aquí donde el tratamiento psicológico empieza a valorarse.

Gran parte de las causas de este problema tan molesto son emocionales, por lo que aprender a gestionar emociones negativas, mantener a raya la ansiedad y reducir el estrés puede resultar un método mucho más efectivo a la hora de enfrentarse al colon irritable.

Es lógico pensar que tanto los problemas digestivos como los relacionados con la cognición se dan, al menos, de manera conjunta, si tenemos en cuenta que un 10% de la población experimenta tanto la depresión como el síndrome de colon irritable, lo cual es, en ambos casos, un porcentaje significativamente alto, y más si añadimos a todas las personas que sufren de otros trastornos psicológicos o simplemente se encuentran experimentando un momento difícil o estresante de su vida.

En el caso de los niños es especialmente importante prestar atención a los síntomas, a su frecuencia, y en qué situaciones surgen, ya que puede ser más difícil para ellos expresar sus dolencias y relacionarlas con las situaciones vividas en el día a día, pese a esto, los síntomas son muy parecidos a los que padecen los adultos, y en caso de duda se debe consultar con un médico.

Aunque a día de hoy mucha gente sigue dudando de la relación entre la psicología y la salud física, no podemos negar que todas las reacciones emocionales fuertes vienen acompañadas de respuestas fisiológicas, como puede ser el miedo intenso, que relacionamos rápidamente con tasa cardíaca disparada, sudoración o temblores.

En adición a esto, algo interesante a tener en cuenta es que el intestino y el cerebro se desarrollan en la misma parte del embrión, lo que provoca que el intestino tenga una alta cantidad de terminaciones nerviosas, así, ambos se encuentran en contacto a través de una zona cerebral llamada locus coeruleus, que a su vez es el encargado de manejar el miedo y la ansiedad.

De hecho, muchas personas no son conscientes de hasta qué punto responden con el intestino a las situaciones complicadas, como puede ser ante el estrés laboral, cuando se nos cierra el estómago, o cuando éramos pequeños y ante el miedo que nos producía decirle a nuestros padres que habíamos roto algo jugando, sentíamos dolor de barriga.

El sistema digestivo nos acompaña en nuestro recorrido emocional, por lo que es importante cuidarnos para evitar empeorar las situaciones difíciles con molestias añadidas.

La realidad es que el síndrome de colon irritable no es tan solo una consecuencia de nuestro estado emocional, sino que en muchas situaciones puede resultar una causa, ya que los dolores, las dificultades para comer alimentos nuevos o los que ya sabemos que nos gustan, y el malestar pueden provocar que nos angustiemos con nuestra situación y sintamos ansiedad.

Además, en los peores casos existen consecuencias sociales, ya que al evitar salir a comer fuera, perdemos muchas oportunidades de socializar, sobre todo si tenemos en cuenta que un rasgo central de nuestra sociedad es que los encuentros suelen producirse alrededor de la comida, como cenas de empresa, salidas a tomar cañas, llevar a los niños a merendar, etc.

Esta situación se traduce en mayores niveles de tristeza y ansiedad, que de nuevo alimentan el problema intestinal, provocando que entremos en un ciclo complicado de abandonar si no es con ayuda profesional.

Nuestras recomendaciones son varias, como que se evite fumar, beber alcohol, ingerir comida basura, especialmente en grandes cantidades, pero sobre todo que se acuda a los profesionales pertinentes, que pueden ser tanto un psicólogo como un médico y nutricionista.

También que se lleve un diario durante un par de meses que pueda ayudar a llevar orden respecto a las comidas, situaciones o emociones que puedan haber despertado molestias, para luego tener mucha más información que ofrecer al profesional de la salud que nos atienda.

Además, recomendamos que sea un profesional comprensivo con el que nos sintamos cómodos a la hora de expresarnos, para que nuestras visitas no se unan a la lista de situaciones que generan estrés.

Recomendamos, además, que se realicen salidas sociales que no vayan ligadas a la alimentación, para que este tema o nos persiga también en nuestra vida social, y podamos disfrutar de estos ratos, que a la larga ayudan a construir una vida feliz, y con ello, menos molestias gastrointestinales.

En caso de acudir a terapia psicológica por este problema, el principal objetivo sería detectar qué emociones o situaciones pueden estar afectándonos, así como comenzar una terapia dirigida a ellas, además se puede entrenar la capacidad para evitar que el malestar físico nos afecte, de manera que cada vez nos veamos menos restringidos por nuestros síntomas, mientras trabajamos para liberarnos de ellos.

Para finalizar concluimos que el síndrome de colon irritable es un trastorno incómodo que afecta a la vida de muchísimas personas, y que genera estrés y angustia al no responder adecuadamente al tratamiento médico, pero que tiene solución a través de la vía psicológica, lo cual esperamos que genere tranquilidad.

Si crees que tú o un ser querido pueden estar sufriendo colon irritable, te ayudamos.

    Laura Hernández Pulido

    Psicóloga Sanitaria Colegiada AO05973, más de 25 años de experiencia en psicología sanitaria, formación en psicología y colaboraciones en medios de comunicación en la promoción de la salud mental.

    Cristóbal Rozúa Lucena

    Psicólogo Sanitario Colegiado AO03430, más de 25 años de experiencia en psicología sanitaria, jurídica, formación en psicología y colaboraciones en medios de comunicación en la promoción de la salud mental.

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