Hipocondría
Colon irritable
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Replanteamiento vital Psicólogos Granada
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Burnout en el lugar de trabajo. El burnout o “síndrome del quemado” en español, es una respuesta al estrés laboral crónico ante el que parecemos vivir todos en los últimos años.

El estrés puede ser beneficioso ya que es la respuesta que da el cuerpo naturalmente a momentos que exigen de mayor esfuerzo y que consumen más recursos, por ejemplo, si nos persiguiera un león, debido al estrés que nos produciría esta situación,  nuestro cuerpo activaría las funciones de máxima capacidad en ese momento para intentar escapar.

El problema llega cuando el estrés se cronifica, nuestro trabajo y nuestra vida en general nos estresan constantemente y el cuerpo no parece volver a su estado normal o relajado.Es entonces cuando empezamos a experimentar problemas de salud, desmotivación, y en caso de que se mantenga aún más en el tiempo, burnout.

El burnout tiene tres componentes básicos:

  1. El cansancio emocional: decimos que se sufre de cansancio emocional cuando nos encontramos exhaustos emocionalmente ante nuestro trabajo, enfrentarnos cada día a la jornada laboral nos cuesta y nos sentimos agotados y sobrepasados por el trabajo.

 

  1. La despersonalización: empezamos a responder negativamente hacia las personas que acuden a nuestro trabajo, en caso de que ofrezcamos un servicio, como los médicos o los profesores. Nos sentimos distanciados de nuestros clientes y ya no respondemos emocionalmente ante estos.

 

  1. La realización personal (o la falta de esta): baja el nivel en el que nos sentimos competentes y exitosos laboralmente, además, experimentamos baja autoestima e indefensión aprendida.

 

Los síntomas que se aprecian en una persona que está sufriendo el síntoma del quemado pueden ser, entre otros, actitudes cínicas o críticas que no son propias de la persona y que aparecen mientras trabaja, la falta de motivación para ir a trabajar y la dificultad para realizar su trabajo una vez llega, irritabilidad e impaciencia, falta de energía, no hay sentimientos de satisfacción y está desilusionado respecto a su trabajo, consumo de alcohol o drogas, consumo alterado y exagerado de comida, hábitos de sueño irregulares, falta de apetito, así como dolores de cabeza, espalda y problemas físicos inexplicables.

Como podemos apreciar, las consecuencias psicológicas y físicas del estrés pueden empeorar mucho la calidad de vida de quien lo sufre, por lo que es clave ponernos en contacto con un profesional de la salud mental.

Pero, ¿Qué lo causa?

El burnout puede aparecer debido a muchas variantes en la vida de los trabajadores, pero algunas de ellas son la falta de control en el trabajo a la hora de tomar decisiones y expresar opiniones, expectativas poco claras por ejemplo a la hora de entender qué se nos exige, o hasta que punto somos independientes, las diferencias de valores con la empresa que nos hacen sentir incómodos mientras trabajamos, puestos laborales que no tienen nada que ver con nuestras preferencias y habilidades, trabajos que son tanto extremadamente caóticos como extremadamente monótonos, ya que exigen grandes niveles de concentración y energía para mantenernos productivos, y, por último, la falta de apoyo social, así como los problemas para conciliar la actividad laboral con la familia y el tiempo libre.

Aunque cualquiera puede experimentar este síndrome, hay personas que reúnen más factores de vulnerabilidad que otras.

Algunos de estos factores pueden ser el identificarse fuertemente con su trabajo, o que este sea de cara al público e incluya el trato personal con los clientes, también las personas que intentan ayudar a todos cargándose de trabajo, y tienen dificultades para decir “no” o poner límites, y especialmente las personas con altos niveles de autoexigencia, que suelen obligarse a mantener un nivel de productividad mayor al normal, especialmente si no trabajan la flexibilidad y la bondad con uno mismo, son más vulnerables al estrés crónico, y con ello al desarrollo del síndrome del quemado, debemos ser conscientes en todo momento de que nuestra salud mental debe tener prioridad sobre nuestra productividad, y de que los descansos, así como los fallos y las épocas difíciles, están permitidos y son más que normales en nuestra sociedad.

Esperar la perfección de nuestro trabajo es poco realista y solo nos lleva a sentir desesperación, evita que nos sintamos realizados y felices con nuestro trabajo aunque lo desarrollemos de forma correcta.

El estrés no solo nos hace sentir mal, también provoca que nuestro cerebro libere sustancias a nuestro cuerpo que, a largo plazo, pueden provocar problemas de salud. Entre algunas de las consecuencias físicas que podemos sufrir debidas al exceso de estrés se encuentran la fatiga, el insomnio, las dificultades con relaciones interpersonales debido a nuestro estado de ánimo, la depresión, la ansiedad, el consumo de alcohol y sustancias nocivas, el deterioro cardiovascular y colesterol alto, diabetes, obesidad, úlceras, dolores musculares, migrañas, amenorrea en las mujeres y problemas gastrointestinales, además de poder hacernos más propensos a sufrir otras enfermedades graves.

Algunos consejos que podemos ofrecer para quienes estén sufriendo este tipo de condiciones laborales son los siguientes: buscar cuales son los factores que más estrés nos provocan y, una vez identificados, planear soluciones para ellos que nos ayuden en nuestro día a día.

También hacer ejercicio puede ayudar a reducir el estrés, y es beneficioso para la salud.

Podemos buscar apoyo tanto en nuestro círculo social como en nuestros supervisores, que pueden ofrecer alternativas, así como compartir la carga laboral entre los trabajadores de forma que no nos veamos sobrepasados.

Por último, intentar ser conscientes de nuestra actitud e ir corrigiéndola durante el día, así como hacer pequeños descansos en caso de ser necesario.

Como último punto queremos recalcar la importancia de la salud mental sobre nuestra salud física. Vivir en una situación de estrés constante no es sano y no nos va a permitir ser felices, por lo que en muchos casos lo más acertado es buscar un psicólogo que pueda darnos herramientas para manejar mejor nuestra realidad día a día.

Si crees que tú o algún ser querido puede estar sufriendo este tipo de problemas, y te gustaría que un profesional de la salud mental te guíe en tu mejoría, no dudes en ponerte en contacto con nosotros en Granada Psicólogos, estaremos encantados de ayudarte.

    Laura Hernández Pulido

    Psicóloga Sanitaria Colegiada AO05973, más de 25 años de experiencia en psicología sanitaria, formación en psicología y colaboraciones en medios de comunicación en la promoción de la salud mental.

    Cristóbal Rozúa Lucena

    Psicólogo Sanitario Colegiado AO03430, más de 25 años de experiencia en psicología sanitaria, jurídica, formación en psicología y colaboraciones en medios de comunicación en la promoción de la salud mental.

958 22 24 22
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