Es una habilidad especialmente importante para todas las personas, ya que todos sufrimos situaciones complicadas, momentos duros y de crisis, y debemos seguir adelante. La parte positiva de que la vida sea una continua experiencia, es que de las positivas podemos disfrutar y de las negativas podemos aprender. De esto trata esta herramienta, la resiliencia.
Algo que debemos tener en cuenta cuando afrontamos una crisis es cómo estamos viviendo lo que nos ocurre. Esto es clave ya que las personas solo podemos acceder a la realidad a través de la interpretación, es decir, todo lo que experimentamos, lo hacemos a través del filtro que imponen nuestras experiencias previas, ideas preconcebidas, emociones momentáneas, etc… De manera que somos nosotros los que añadimos una narrativa a lo que nos ocurre.
Debemos trabajar en poner el foco en esta narrativa, y hacernos conscientes de que está en nuestra mano enfrentar los momentos difíciles con una actitud positiva o negativa.
Esto no significa que debamos presentarnos siempre felices ante las adversidades de la vida, sentirse mal es natural y necesario, los humanos experimentamos todas nuestras emociones por una razón y es que nos ayudan a afrontar la vida, pero si podemos tomar decisiones basadas en la esperanza de que la situación pasará y la vida sigue, o quedarnos estancados en el dolor, manteniendo la narrativa de que este es infinito e incurable.
Para poder tomar control de nuestra narrativa y enfrentarnos a las crisis de la mejor manera posible, debemos trabajar en nuestra mentalidad y el concepto que tenemos de nosotros mismos, y para ello te proponemos varios ejercicios que pueden ayudarte a comenzar a ser más resiliente:
Ten en cuenta que el bienestar viene de la mano de varios pilares, y es que la resiliencia no se mantiene sin autoconocimiento, inteligencia emocional y amor propio.
Por ello, si estos nombres te suenan lejanos o tienes la sensación de que no has conseguido desarrollar estas herramientas aún, te proponemos que elijas como una de tus próximas metas el trabajo en tí mismo.
Puedes hacer esto a través de diarios de sentimientos, practicando mindfulness, y por supuesto siempre puedes ponerte en contacto con un psicólogo experto en coaching que te ayude a mejorar. En el lado contrario recuerda que hay emociones que debemos mantener bajo control, no se trata de reprimirlas, sino de recordarte a tí mismo que son válidas pero que no te van a llevar a ninguna parte.
Algunos de estos pensamientos y emociones que no nos aportan nada positivo son la culpa excesiva que sentimos por estar mal o ser menos productivos de lo normal, los mensajes de odio que a veces lanzamos contra nosotros mismos (soy tonto, no valgo para nada, nunca voy a salir de esta), el exceso de trabajo para mantenernos ocupados, a veces toca pararse y reflexionar sobre nuestra realidad, aunque conlleve sentir dolor.
Algo que suele ayudar es pensar que estamos tratando con nuestro mejor amigo o amiga, piensa cómo te dirigirías a esa persona si estuvieran pasando por lo mismo que tú, ¿Qué crees que les ayudaría? Seguro que no serían palabras de reproche sino apoyo incondicional y amabilidad, y eso mismo debes dedicarte a tí.
Entendemos que enfrentarse a situaciones difíciles con resiliencia no es fácil, aceptar el sufrimiento es complicado, pero a largo plazo es lo que nos permitirá recuperarnos de forma sana.
Recuerda que aceptar la realidad y los pensamientos realistas son el motor que puede sacarnos de situaciones como estas. Si crees que tú o un ser querido pueden estar sufriendo por la falta de resiliencia, y te gustaría que un profesional de la salud mental te guíe en tu mejoría, no dudes en ponerte en contacto con nosotros en Granada Psicólogos, estaremos encantados de ayudarte.