Trastorno obsesivo compulsivo

Los TOC (trastorno obsesivo-compulsivo) suponen una gran limitación para quien lo sufre.

¿Qué son las obsesiones? 

Todos en algún momento nos hemos enfocado en exceso en algo y sabemos qué es no poder parar de darle vueltas a algo que nos preocupa o algún hecho que se aparece constantemente en nuestra mente.

Estas obsesiones se podrían considerar normales y tienden a desaparecer cuando se soluciona el problema o cuando se supera el suceso que lo produce. Sin embargo, a veces estas obsesiones o preocupaciones se intensifican y se prolongan en el tiempo, llegando a producir malestar en la persona que las experimenta, siendo causa de estrés o dolor persistente.

En los casos más extremos, estas ideas obsesivas aparecen y limitan a la persona que las experimenta en muchos aspectos de su vida cotidiana, dificultando que transcurra con normalidad.


¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo?

Los TOC (trastorno obsesivo-compulsivo) forma parte de los trastornos de ansiedad, y se caracteriza por la aparición de pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes, que producen en la persona que los padece intranquilidad, preocupación o temor, y que desencadenan conductas repetitivas denominadas compulsiones dirigidas a que la ansiedad que experimenta se reduzca o elimine.

TOC o trastorno obsesivo compulsivo, es un trastorno psicológico relacionado con la ansiedad y que se caracteriza por tener obsesiones y compulsiones. 

Estas dos características son las principales piezas que conforman el problema: las obsesiones son pensamientos intrusivos que aparecen constantemente en la mente sin poder evitarlos y que generan ansiedad, por ejemplo, pensar constantemente que estamos sucios y vamos a contraer alguna enfermedad por esta razón. 

En cambio, las compulsiones son las acciones repetitivas y obsesivas que llevan a cabo las personas con estos pensamientos intrusivos para intentar evitarlos o reducirlos. 

Funcionan de manera que los niveles de ansiedad bajan al realizar las compulsiones, pero suben muy rápidamente tras la acción, con lo que obligan a la persona a volver a realizarla, siendo este un círculo vicioso que consume mucho tiempo y genera elevado malestar a quien lo sufre, de hecho, las personas pueden perder mucho tiempo a diario realizando estas compulsiones. 

Como, por ejemplo, la persona que siente la necesidad de lavarse tres veces las manos antes de comer, porque piensa que si no no están completamente limpias (idea obsesiva), y para evitar sentirse mal e intranquila se las lava tres veces (compulsión).

Normalmente, la persona que sufre un TOC oculta sus síntomas, por lo que es frecuente que no sea hasta años después de su aparición cuando piden ayuda, y a veces se asocian a un cuadro de depresión concurrente.

Es un trastorno muy discapacitante, ya que impide a la persona llevar una vida con normalidad.

Al hacerle a la persona necesaria la realización de rituales obsesivos y compulsivos, suele hacer que la persona pierda mucho tiempo o gaste energía que podría dedicar a otros aspectos de tu vida.

Las obsesiones o ideas intrusivas tienden a ser mucho menos visibles para el resto de personas, ya que en muchas ocasiones se evita compartirlas, hablar de ellas, o demostrar el aumento de ansiedad.

El problema es que estas aparecen de manera repentina e incontables veces al día, afectando a la capacidad de la persona para relacionarse, estudiar o trabajar, descansar, practicar hobbies, etc. 

Aparte, debemos tener en cuenta el pesado lastre que supone esta situación en la relación que uno mantiene consigo mismo, y cómo afecta esto a la autoestima, seguridad en uno mismo, y demás cuestiones relacionadas con cómo nos vemos y valoramos.

Tipos de trastorno obsesivo compulsivo más frecuentes

Teniendo en cuenta que las ideas de cada uno son únicas y que cada persona tiene su propio mundo interior, podríamos decir que existen tantos tipos de TOC como personas que sufren este trastorno, pero la realidad es que existen ciertas categorías en las que se pueden englobar los tipos de TOC más frecuentes, y que nos ayudan a identificar el problema en muchas ocasiones. 

Estas son algunas de las categorías en las que se puede dividir el trastorno obsesivo compulsivo, en este caso según el contenido de sus obsesiones: 

  • Contaminación: hablamos del miedo a contagiarse o enfermarse a través de la suciedad, a no estar lo suficientemente limpios, etc. Necesidad de limpieza, aseo, etc… Este es probablemente el caso más conocido, en el que alguien teme estar sucio o enfermarse y se lava las manos y se desinfecta constantemente. También puede darse limpiando el espacio en el que está.
  • Dudas constantes: miedo desproporcionado a cometer fallos en todo lo que hace, con ideas de lo terrible que sería equivocarse. Este tipo en concreto es similar al trastorno por ansiedad generalizada (ya comentamos que el TOC es un trastorno relacionado con la ansiedad), pero la diferencia está en la existencia de obsesiones y compulsiones claras. Compulsiones de comprobación. Algunos ejemplos de esto sería comprobar muchas veces que la puerta está cerrada con llave, las ventanas también cerradas, los grifos no están corriendo, las luces apagadas, etc. 
  • Obsesión con la simetría, el orden o la organización: debemos tener en cuenta que ordenar, colocar, y demás es la respuesta que encuentra la persona a su ansiedad, pero eso no quiere decir que tenga “fobia al desorden” sino que este acto de ordenar le ayuda a disipar los pensamientos intrusivos que sufre, sean cuales sean.  Necesidad de orden y organización. En este caso hablamos de que cada objeto esté en un sitio concreto que o bien le corresponde (como toda la ropa bien ordenada en el armario) o bien le hemos asignado nosotros (como que la taza del desayuno debe estar siempre en el lado derecho de la mesa y los cereales en la izquierda).
  • Idea de poder dañar a otro, agresividad y/o conductas sexuales: los pensamientos que llegan van dirigidos a hacer daño a alguien o tener conductas sexuales que se consideran inapropiadas, de manera que esta persona sufre elevados niveles de ansiedad ante la idea de poder dañar a otro. Esta es una de las variantes menos conocidas del trastorno obsesivo compulsivo, y por tanto muchas veces genera miedo en quien la sufre, y provoca pensamientos del tipo “estoy loco” o “esto que me pasa no es normal”. Aunque claramente este comportamiento afecta a su desarrollo normal en muchas facetas de la vida de la persona y genera malestar, no hay que olvidar que es un problema que tiene solución y que puede trabajarse en terapia.

Este problema puede darse en cualquier tipo de persona, de hecho, siempre se ha asumido que tiene una gran relación con rasgos de perfeccionismo, pero la realidad es que no es así. 

Algunos estudios recientes rechazan esta idea y hablan más bien de personas con perfeccionismo bajo que tratan de controlar lo caótico de su ambiente a través de este comportamiento patológico. 

Además, suele diagnosticarse alrededor de los 18 o 20 años, aunque es común que aparezca en la infancia, pero en caso de que esto ocurra muchas familias lo acaban normalizando durante años, y pensando que se trata de manías o juegos de niños, por ello, a veces tarda años en diagnosticarse y, por tanto, en tratarse.

El trastorno obsesivo compulsivo puede conllevar mucho sufrimiento e interferir en gran escala con la vida de la persona. 

Recuerda que si sientes malestar, te sientes identificado con alguno de los síntomas mencionados anteriormente o hay algún problema que te provoque gran malestar, siempre puedes contar con la ayuda de los profesionales. 

Si crees que puedes sufrir de este tipo de trastornos, y te gustaría que un profesional de la salud mental te guíe en tu mejoría, no dudes en ponerte en contacto con nosotros en Granada Psicólogos.

En Psicólogos Granada contamos con la experiencia y las técnicas más adecuadas para ayudarte.