Las creencias positivas que nos atribuimos hacia nosotros mismos a partir de la valoración que le damos a nuestras cualidades, capacidades, modos de sentir o actuar, habilidades. Conforman nuestra “imagen personal” o “autoimagen”.
Esta valoración se hace sobre la base de nuestras sensaciones y experiencias que hemos ido incorporando a lo largo de toda nuestra vida.
La autovaloración es muy importante ya que de de ella depende gran parte de nuestro potencial personal y logros. De una buena autoestima parte la confianza en nuestra capacidad para aprender, tomar decisiones y hacer elecciones adecuadas y de afrontar los cambios.
El concepto que tenemos sobre nosotros mismos se desarrolla a lo largo de toda la vida, con cada experiencia según sea interpretada y valorada de manera positiva o negativa favorecerá o no a construir una buena autoestima.
Durante la adolescencia nos formamos una identidad personal y conocemos a fondo nuestras posibilidades. También necesitamos de apoyo social para reforzar esa imagen positiva que tenemos sobre nosotros mismos. Así, si percibimos que los demás tienen una buena imagen sobre nosotros y nos lo hacen saber favorecerá a nuestra autoestima.
Una baja autoestima está afectada con una distorsión del pensamiento, es decir, con una forma inadecuada de pensar, una visión negativa sobre lo que somos, lo que hacemos o lo que sentimos.
Aceptarnos a nosotros mismos no significa carecer del afán de cambiar, mejorar o evolucionar. Lo cierto es que la autoaceptación es la condición previa del cambio.
Si aceptamos lo que sentimos y lo que somos en cualquier momento o de nuestra existencia, podemos permitirnos ser conscientes de la naturaleza de nuestras elecciones y acciones, y nuestro desarrollo no se bloquea.
La autoestima puede fluctuar en el tiempo dependiendo de cada etapa por la que pasa una persona. Podemos hacer varias cosas para mejorarla:
Disfruta de nuestras ofertas para psicoterapia individual.