¿Qué es el deseo sexual?
El deseo sexual es el producto de una interacción entre diferentes procesos de tipo cognitivos, fisiológicos, neurofisiológicos y bioquímicos. Se podría decir que la excitación es la consecuencia en términos físicos del deseo sexual, o sea normalmente el deseo sexual conlleva excitación (los signos de esta última son por ejemplo la lubricación vaginal y la erección).
Falta de deseo sexual
La dificultad para establecer una definición exacta implica que no haya datos precisos sobre la incidencia y prevalencia de los problemas de deseo. Sin embargo parece que la falta de deseo es un problema más frecuente en las mujeres.
Si suponemos que el deseo se produce por la presencia de una energía excedente en el organismo, una de las posibles clasificaciones divide:
Para las personas con este problema es frecuente formular excusas para evitar una relación sexual con la pareja. Por ejemplo no se acuestan al mismo tiempo que su pareja poniendo excusas.
Normalmente experimentan un sentimiento de culpa o se sienten inadecuados o anormales.
Puede ser un trastorno de toda la vida (primario) o adquirido (secundario), generalizado (con todas la parejas) o situacional (con una pareja específica).
Es importante decir que no todos los estados hipoactivos del deseo son considerados un trastorno sexual.
Cada persona es diferente y la interconexión entre los componentes fisiológicos y psicológicos influyen en la manifestación del deseo sexual.
La medida para establecer si el bajo deseo o la falta de deseo se puedan llamar trastornos es el nivel de malestar de la persona, si por ejemplo vive la situación como carencia o síntoma nocivo que le provoca conflicto y angustia; o si el hecho de tener una baja o nula frecuencia de deseo no le inquieta.
Aversión sexual
Una forma extrema de trastorno sexual concerniente a la fase del deseo es la aversión sexual. Esta se caracteriza por el rechazo intenso, persistente y recurrente de todas las formas de contacto sexual: no solamente con el contacto genital, sino con cualquier otro tipo de caricia que se interprete como anticipación del coito.
Estas personas experimentan ansiedad, miedo o disgusto en relación con las situaciones sexuales.
En la forma máxima de aversión sexual la persona puede encontrar el sexo repugnante y desagradable generando una respuesta fóbica. Todo esto provoca malestar y suele dificultar las relaciones interpersonales, especialmente las de pareja.
Puede ser un trastorno de toda la vida (primario) o adquirido (secundario), generalizado (con todas las parejas) o situacional (con una pareja específica).
Unas de las causas posibles es un trauma sexual, un ambiente familiar muy represivo o primeras experiencias de coitos dolorosos (dispareunia) donde permanece el recuerdo del dolor.
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