El acoso psicológico en el lugar de trabajo se describe como cualquier manifestación de una conducta abusiva, como los comportamientos, palabras, actos, gestos y escritos que puedan atentar contra la personalidad, la dignidad o la integridad física o psíquica de un individuo, además de poder poner en peligro su empleo o degradar el clima de trabajo (Marie-France Hirigoyen, 1999).
Las razones por las que se produce el acoso laboral pueden variar, pero en ocasiones están relacionadas con personas que se sienten amenazadas por las capacidades de otras, y comienzan a meterse con dicha persona con el objetivo de anularla. También podría tener que ver con problemas personales de la persona que acosa, que provocan ira que se expresa de manera equivocada, en este caso en el entorno laboral.
En general, y sea cual sea la razón de inicio del mobbing, el objetivo es anular y aislar a la víctima. Puede ocurrir en estas situaciones que comiencen con pequeñas muestras de hostilidad que alimentan un círculo vicioso; el agresor ataca a la víctima y genera ansiedad y estrés, y llevan a esta a ponerse en actitud defensiva, lo que suele generar más agresiones que degeneran en comportamientos más graves y repetidos durante el tiempo, y en una indefensión aprendida por parte de quienes sufren este acoso.
Las consecuencias que conlleva el mobbing son varias y pueden resultar muy dañinas tanto para la persona que las sufre como para la empresa o ambiente de trabajo.
Entre ellas tenemos el desgaste psicológico (junto con las emociones y pensamientos negativos que se generan debido al rechazo percibido, que pueden llegar a suponer ansiedad y depresión en quien lo sufre), riesgos para la salud desarrollados a partir del estrés que genera la situación, como insomnio, vómitos o pesadillas, el ostracismo o aislamiento social provocado por los compañeros, problemas para continuar con las actividades laborales y el bajo rendimiento, que llevan a una situación de inseguridad laboral, y las relaciones asimétricas existentes en el puesto de trabajo debido a las dinámicas establecidas.
Existen diferentes tipos de acoso dependiendo de los puestos que ocupan acosador y víctima, así como de la situación y el objetivo que persiga dicho acoso.
Dependiendo de los puestos de trabajo se puede dar:
Dependiendo del objetivo que se busca con el acoso, tenemos los siguientes tipos:
¿Qué hacer en caso de presencia de mobbing? En caso de sufrir acoso laboral, lo más importante es actuar rápido para evitar secuelas psicológicas y saber que tenemos varias organizaciones con las que podemos contar.
En primer lugar, debemos buscar apoyo tanto psicológico como legal, además, debemos ponernos en contacto con el departamento de prevención de riesgos laborales.
Si necesitamos ayuda externa las organizaciones sindicales y el Comité de Seguridad y Salud de la empresa nos pueden ayudar. En caso de que sea necesario, podemos denunciar la situación frente a la Inspección de Trabajo como paso previo a la judicialización del caso.
Como conclusión queremos mencionar que el acoso laboral es dañino y peligroso para la salud tanto mental como física del individuo, y que debemos tenerlo en cuenta tanto en caso de sufrirlo como de percibirlo en otra persona.
En ningún caso debemos permitir que se vulneren nuestros derechos, y para ello es importante conocerlos, para lo cual puedes ponerte en contacto con tu departamento de Recursos Humanos o con un sindicato de trabajadores.
Si crees que tú o algún ser querido puede estar sufriendo este tipo de situaciones, y te gustaría que un profesional de la salud mental te guíe en tu mejoría, no dudes en ponerte en contacto con nosotros en Granada Psicólogos, estaremos encantados de ayudarte.