Ansiedad en adolescentes

 

 

La ansiedad es una emoción, es algo que la persona siente cuando se encuentra ante una situación que considera peligrosa o amenazante.

A diferencia de lo que cree la mayoría de la gente, la ansiedad no es una emoción negativa, es una emoción creada para responder a peligros, haciendo a la persona más fuerte ante ellos.

Lo que ocurre es que no siempre la ansiedad es proporcionada a la situación y entonces se interpreta como negativa, porque sin ocurrir nada tan grave, la persona siente de forma muy elevada esta emoción.

El miedo y la ansiedad por sí mismos no son sentimientos malos, sino que son reacciones necesarias que tienen función de supervivencia y protección ante cualquier peligro, amenaza o daño. Ante situaciones de peligro ponemos en marcha una serie de recursos: reacciones fisiológicas que se desarrollaron durante la evolución para capacitar a los individuos para escapar y sobrevivir. Por reacciones fisiológicas podemos entender por ejemplo una palpitación acelerada, sudor, disnea y náusea.

La ansiedad se puede experimentar de diversas maneras:

Ansiedad, crisis de angustia, ataques de pánico, ansiedad generalizada.

Fobias: miedos, inseguridad.

Estrés, estrés postraumático, estrés agudo.

Fobias específicas: fobia a animales, fobia a la altura, fobia a los truenos, fobia a los rayos, fobia a las tormentas, vértigo, fobia a la sangre-inyecciones-daño, fobia a volar, fobia a los ascensores, claustrofobia, fobia a tener una enfermedad, fobia social.


Ansiedad ante los exámenes.

Tener éxito en el colegio, aprobar todos los exámenes con buenas notas, en todas las asignaturas: Esto son expectativas que se tienen sobre los jóvenes de hoy, exigencias que les acompañan desde el primer día de su carrera escolar.  Con algunas excepciones, a los que todo les parece salir con facilidad, cumplir estas expectativas no siempre es posible ni fácil. Esto puede producir bastante presión en los niños, adolescentes y adultos, en especial a aquellos que tienen dificultades en el aprendizaje (como dislexia, discalculia etc.).

Aunque cierto nerviosismo antes de un examen es normal y puede llegar a ayudar a mejorar el rendimiento, algunos experimentan un nivel de ansiedad tan alto, que les imposibilita recordar lo que han estudiado y que, en realidad, saben.

En la clasificación psicológica del miedo ante los exámenes, a veces se describe como fobia específica y otras veces como forma de fobia social, teniendo en cuenta el aspecto del miedo a ser valorado por los demás.

El miedo a los exámenes se puede desarrollar sobre los 8 u 11 años, ya que a esta edad las valoraciones en el colegio empiezan a influir en la autoestima de los niños. Durante la adolescencia, la valoración de otros se vuelve especialmente importante, muchos se sienten inseguros y el aspecto de miedo social puede aumentar.

El miedo a los exámenes puede causar una gran frustración, porque en la vida escolar y universitaria tendrán que enfrentarse a muchas situaciones de valoración personal y de conocimientos, y el miedo puede impedir esa demostración de conocimientos y habilidades.



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