Trastornos por estrés

Estrés

El estrés se considera una respuesta psicológica y fisiológica del cuerpo cuando se enfrenta a una situación de amenaza y tiene que adaptarse a condiciones nuevas, sean positivas o negativas, reales o percibidas.

La popularidad del tema del estrés ha llevado a que el concepto del estrés se haya confundido, viéndose de forma negativa en la mayoría de los casos. El estrés y sus consecuencias no siempre son negativas, ya que no podemos olvidar su principal función: la supervivencia a través de la activación de los recursos de los que dispone el cuerpo en situaciones de peligro. También en situaciones de la vida moderna el estrés puede ayudar a utilizar recursos personales y conseguir mejores resultados.

El estrés «negativo» o distrés se da cuándo se percibe que una situación o un acontecimiento supera los recursos de los que disponemos, provocando sentimientos de impotencia y miedo.


Trastorno de estrés postraumático

El trastorno de estrés postraumático se puede desarrollar en personas que han sufrido u observado un acontecimiento altamente traumático (violación, experiencias de guerra, secuestro, asalto, accidentes, catástrofes naturales, etc.). Son situaciones en las que la vida de las personas están en peligro. Existen traumas directos y secundarios. Asistir a la muerte o a una situación traumática de otra persona puede provocar el mismo distrés psicológico. La situación traumática vuelve a reexperimentarse una y otra vez en forma de pensamientos y recuerdos intrusivos y pesadillas, acompañado de intensas reacciones de ansiedad (miedo intenso, falta de control, alta activación fisiológica, evitación de situaciones relacionadas, etc.).


Estrés agudo

Similar al trastorno de estrés postraumático, las personas que sufren trastorno de estrés agudo han experimentado un acontecimiento traumático. La diferencia es que los síntomas de estrés agudo ocurren directamente después del trauma. Las personas sufren ansiedad alta y persistente, desarrollando síntomas disociativos (estar «desconectado» del presente).

Muchas veces se experimenta un aplanamiento de emociones, las personas no pueden disfrutar de actividades que en el pasado disfrutaban, se sienten culpables o incapaces de seguir con su vida cotidiana y desconectan de la realidad y de su cuerpo. Otros síntomas son la hipervigilancia (vigilancia excesiva) y el hiperarousal (activación excesiva), por eso sufren dificultades para concentrarse y para dormir o descansar.


Técnicas de relajación

Las técnicas de relajación son herramientas psicológicas que se usan para disminuir tensiones físicas y psicológicas, resultado de niveles de estrés demasiado altos. Hay una alta variedad de técnicas que se pueden aplicar en la mayoría de trastornos mentales. Ayudan a las personas a alcanzar un estado mental y físico de tranquilidad y calma. Se trabaja con técnicas de relajación para controlar y disminuir ansiedad y el estrés. Algunos ejemplos son la relajación muscular progresiva de Jacobson, el entrenamiento autógeno de Schultz, la meditación, la hipnosis y otros métodos de oriente como el Yoga, Qigong o la meditación Zen.

Después de aprender y practicar la respectiva técnica con un psicólogo, las personas pueden aplicarlas por sí mismos cuando lo consideren necesario.

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